La traducción financiera es una de las menos conocidas dentro del sector, dadas sus peculiares características. A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber al respecto.
¿En qué ámbito se requiere?
Es importante distinguir entre un texto económico y uno financiero. Dentro del primer grupo entrarían todos los textos que hablan de economía en términos generales y cuyo valor es meramente informativo.
Los textos financieros tienen una función argumentativa, que expone todos los detalles de un producto financiero, como la rentabilidad, el precio de las comisiones a pagar y los intereses que se van a generar, por citar tres ejemplos. El ámbito de la traducción financiera se limita así a las entidades bancarias o empresas que gestionan tu capital, como las especialistas en invertir en bolsa.
La internacionalización de buena parte de los bancos exige el uso de este tipo de traducciones, ya que, en no pocas ocasiones, podrías contratar un servicio idéntico al que ofrece tu entidad en otro país.
¿Cuáles son sus características?
Las agencias que ofrecen servicios de traducción financiera tienen claro que el traductor ha de tener formación específica. Su trabajo ha de ser exacto, para evitar malentendidos. Además, es importante que:
· El profesional domine el vocabulario financiero en los idiomas de origen y destino.
· El resultado pueda ser entendido fácilmente ya que, como se te ha comentado, de esta circunstancia puede depender la contratación de un producto determinado.
· El texto ha de tener una parte comunicativa que exponga, con claridad, los términos de cada producto. Es importante tener en cuenta aspectos semánticos, culturales, intratextuales y todo lo necesario para aportar toda la información que pudiera necesitar el cliente.
· El estilo de la traducción ha de guardar el equilibrio perfecto entre los tecnicismos y el uso de conectores que le impriman ritmo de lectura al texto resultante.
¿Cuáles son los documentos financieros más habituales a traducir?
Lo más habitual es que se traduzcan todos los documentos de promoción de nuevos productos bancarios, los relacionados con la adquisición de acciones, los seguros que pudieran estar ligados a un producto financiero, las memorias empresariales, los presupuestos, el balance de una compañía y, en general, todos aquellos textos en los que un cliente o inversor pone en riesgo su capital o necesita una explicación detallada de lo que ha sucedido con el que ya ha invertido.
Los expertos en este tipo de trabajos confirman que existen tantos documentos como necesidades pudieran tener los clientes de un banco. A mayor número de clientes, mayor número de posibilidades de generar nuevos formatos de texto. Igualmente, esto no significa que todos los textos sigan la misma estructura. Así, el traductor debe adaptarse a cada trabajo teniendo en cuenta lo arriba explicado.
La traducción financiera es, por lo tanto, una disciplina que necesita de un profesional experimentado para conseguir los mejores resultados posibles. La precisión y el dominio de los conceptos son básicos. Recuérdalo cuando necesites de este servicio si quieres conocer, a la perfección, los detalles del producto financiero que vas a contratar.