La importancia de la ortografía en la traducción

La ortografía implica el uso correcto de las letras para escribir adecuadamente cada palabra. Para poder aplicarla, es necesario conocer y cumplir las convenciones y normas establecidas en el idioma en cuestión.

Es mucho más que una simple cuestión artificial, y no podemos cambiarla cuando nos dé la gana. Al contrario: debemos mantener una ortografía impecable si queremos que las comunicaciones lleguen perfectamente a sus destinatarios.

Ahora bien, ¿por qué es tan importante? ¿Y cómo influye en las traducciones que realizas o recibes?

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Ortografía y traducción

Conocer la ortografía es fundamental para comunicarte en cualquier idioma, ya que solo así podrás expresarte de manera correcta y ser perfectamente entendido.

Cuando hacemos o encargamos una traducción, el objetivo es siempre el mismo: favorecer una comprensión impecable de ese contenido, al margen del idioma o los idiomas de emisión y recepción. ¿Quieres saber cómo afecta la mala ortografía en estos casos?

Calidad inferior

En todo texto, los errores ortográficos son percibidos como indicadores de calidad deficiente: cuantos más aparecen, más sensación de pobreza expresiva, inadecuación, desconocimiento y falta de credibilidad proyecta ese contenido.

En consecuencia, quien publica una mala traducción, plagada de faltas ortográficas, emite una comunicación que proyecta una imagen negativa, la cual genera desconfianza en sus destinatarios.

Si esta traducción se ha hecho para un texto publicitario, divulgativo o científico, semejante percepción desacreditada se extenderá desde la forma al propio contenido. Su público no deseará el producto, no creerá la tesis o no valorará el hallazgo transmitido.

Problemas para comprender

 Además de una pésima imagen, los textos traducidos con faltas ortográficas dificultan la comprensión a sus destinatarios. Estos deben mantenerse mucho más atentos y concentrados a la información que están leyendo, porque han de interpretar más allá de lo que pone. Si te ocurre, notarás cómo debes estar pendiente de descodificar cada palabra y descubrir su significado real.

Esta concentración formal adicional, indirectamente, te impide centrarte al 100 % en la información que el texto te transmite. Es mucho más fácil que te despistes al asimilar esa información, lo que habitualmente te obligará a leer de nuevo el material hasta que lo puedas interpretar completamente.

Pérdida de tiempo

Es una consecuencia de la situación recién planteada. El destinatario de estas traducciones se ve obligado a dedicar más tiempo a su lectura, su interpretación y su análisis.

En consecuencia, las comunicaciones se retrasan y pierden fiabilidad.

La ortografía es esencial

¿Quieres verlo con un ejemplo práctico? Imagínate que quieres estudiarte una página escrita con mala caligrafía y llena de tachones. Te costará muchísimo entender lo que pone y, desde luego, no podrás centrarte en el contenido igual que en condiciones normales. Recuerda que cada falta ortográfica es un tachón, un factor de ilegibilidad que entorpece el texto

Como has podido ver, la ortografía es un atributo imprescindible en toda traducción. Solo los mejores traductores consiguen transcribir unos contenidos impecables, e inmaculados en términos ortográficos, en el idioma de destino. 

En el caso contrario, esas faltas de ortografía proyectarán una pésima imagen, dificultarán la comprensión y obligarán a dedicar más tiempo a la lectura. ¡Elige siempre traductores profesionales con una elevada cualificación para evitar estos problemas!

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