Traducir un idioma es uno de los aspectos más complicados que puedes encontrarte, si bien es muy necesario por la gran cantidad de idiomas que hay en el mundo. De hecho, hay personas que se especializan en la traducción, un labor imprescindible para numerosas tareas de comunicación en sectores como los negocios o el turismo.
¿Cuáles son los idiomas más complicados de traducir?
Hay idiomas que se parecen porque parten de una misma lengua, como por ejemplo el latín. No obstante, hay otros que necesitan de buenos traductores que actúen de intermediarios para que dos personas puedan comunicarse. En este sentido, la UNESCO ha elaborado un ranking sobre los idiomas más complicados de dominar y el porqué de esta dificultad. ¿Quieres conocerlo?
El chino
El chino difiere de las lenguas romances occidentales y germánicas por ser una lengua basada en los tonos. Esto significa que la entonación y la pronunciación son determinantes para saber a lo que te quieres referir y que el cambio de una sílaba puede variar por completo el sentido de la palabra.
Además, este idioma cuenta con los sinograma o caracteres chinos, los cuales son bastante complicados de acertar si cuando no tienes una ligera idea, a lo que suma la dificultad de la pronunciación. Por todo ello entendemos que el chino es la lengua más complicada de aprender, más si cabe para una persona cuya lengua materna está basada en las sílabas.
El griego
Es cierto que el griego actual es más simple en comparación con el griego antiguo, pero eso no quita que siga siendo una lengua complicada de aprender y traducir. Aquí no solo debes tener en cuenta el dominio del alfabeto griego, sino también los acentos y la entonación, pues están basados en reglas complejas que, a su vez, son claves para su comprensión.
El árabe estándar
Aunque hay una disputa con el chino por saber qué idioma es más complicado, debemos decir que el árabe resulta algo más sencillo pese a que su escritura sea de derecha a izquierda. Además, a esto hay que sumar su compleja estructura gramatical y ortográfica, así como la amplia variedad de dialectos árabes que existen para llegar a comprender su dificultad de aprendizaje y traducción.
El islandés
Esta lengua europea tiene su origen en las lenguas germánicas nórdicas. Cuenta con un vocabulario específico y vocales que cambian según la conjugación (como ocurre con el polaco) y la declinación. Esto implica que puedes encontrar palabras con hasta 70 formas diferentes de pronunciación, de ahí que lo incluyamos en esta categoría de idiomas más complicados de aprender.
El japonés
La lengua nipona tiene una complicada traducción porque cuenta con fórmulas gramaticales y de cortesía llamadas keigo o lenguaje honorifico. Por ello, te exige un conocimiento profundo de la cultura japonesa, lo que en algunos casos lleva a errores de traducción al no conocer todo lo que forma parte de su cultura.
En resumen, traducir estos idiomas resulta complejo, por lo que debes contar con profesionales que tengan en cuenta todas sus particularidades para que la traducción sea perfecta.