Italia y España son dos países que, aunque separados por unos cientos de kilómetros, comparten una sensibilidad común hacia el arte, la historia, la gastronomía y, por supuesto, el lenguaje. A lo largo de los siglos, el intercambio entre ambas lenguas ha dejado huellas curiosas que todavía usamos hoy sin darnos cuenta. ¿Sabías, por ejemplo, que palabras como “capricho” o “piano” han viajado entre el italiano y el español durante siglos? Para un traductor español italiano, entender este cruce cultural no es una opción, sino una necesidad.
Este cruce constante entre idiomas ha dado lugar a una convivencia muy rica. Tanto es así que un traductor italiano español debe estar atento no solo al significado literal de las palabras, sino también a su carga cultural, a su historia y a sus dobles sentidos.
Italianismos que usamos sin darnos cuenta
¿Quién no ha comido una pasta al dente? Esta expresión es uno de los italianismos más comunes en español, especialmente en gastronomía. Pero no está sola: palabras como pizza, lasagna, ravioli, pesto, cappuccino o tiramisú forman parte del menú diario en cualquier ciudad española.
Y no todo es comida: en el mundo de la música clásica, usamos piano, fortissimo, soprano o opera (que en español mantiene la misma forma). En el arte también tenemos italianismos como fresco, chiaroscuro o graffiti, aunque este último ya ha adquirido vida propia en todo el mundo.
Incluso en la moda encontramos palabras como modelle, passarella (aunque menos común), o directamente nombres de marcas y estilos que evocan elegancia italiana.
Españolismos que viajaron a Italia
El flujo no ha sido solo en una dirección. Durante los siglos en que España tuvo influencia en el sur de Italia (especialmente en Nápoles y Sicilia), muchas palabras del español entraron en el italiano popular y dialectal.
En italiano encontramos términos como fiesta, chitarra (guitarra), calle, plaza, patata, marmellata (de mermelada), o ventilatore (de ventilador). A veces cambian de forma, otras veces mantienen su raíz, pero el rastro español está ahí.
Y no podemos olvidar los nombres y apellidos. Apellidos como Fernández, García o Domínguez existen en Italia por herencia histórica. Al igual que hay expresiones o giros del español que han influido en la forma de hablar de algunos dialectos del sur italiano.
Una mezcla que sigue viva
En el día a día, este cruce de palabras refleja una afinidad cultural real. No es casualidad que un traductor español italiano o un traductor italiano español deba conocer estas particularidades para evitar malentendidos y captar la riqueza de cada contexto. Pero más allá de la traducción profesional, este intercambio lingüístico muestra que el idioma es una forma viva de conectar pueblos, de viajar sin moverse.
En Blarlo, creemos que las palabras bien elegidas son las que realmente abren puertas. Ya sea para comunicar, emocionar o vender, dominar los matices culturales entre dos lenguas tan cercanas como el italiano y el español puede marcar la diferencia.
Porque las lenguas se hablan… pero también se viven. Si buscas una empresa de traducción italiano o una agencia de traducción italiano que entienda esta riqueza, en Blarlo estamos preparados para ayudarte.