La traducción de euskera a castellano es el perfecto ejemplo de cómo la traducción automática es una fuente de errores, ambigüedades e imperfecciones. Y es que un idioma tan particularmente complejo como el euskera nos enseña la necesidad de contar con traductores nativos para cualquier servicio de traducción del euskera que queramos hacer ahora o en el futuro. Te lo explicamos.
La traducción de euskera a castellano: riesgos de la automatización
Sin lugar a dudas, los traductores gratuitos o de pago que pueden traducir un texto en escasos segundos tienen una utilidad enorme. Por ejemplo, si queremos leer un artículo rápidamente, o si tenemos dudas sobre un par de palabras concretas. Pero, ¿crees que realmente te pueden ayudar a alcanzar una traducción profesional? Aquí tenemos un ejemplo perfecto para entender este error.
¿Qué sucede con el euskera? Obviamente, cuenta con traductores automáticos también. Por lo tanto, en un principio, podríamos decir que puedes realizar una traducción de un idioma a otro con relativa facilidad. Ahora bien, esto no deja de ser un error. Te explicamos los motivos.
El problema de la traducción automática
Si bien esto es algo que podemos ver en todos los idiomas, tal vez en aquellas lenguas no tan habladas, como es el euskera, es más notable. Piensa en el inglés, por ejemplo. Hay un sinfín de traductores automáticos que pueden transportar un texto, con mayor o menor éxito, de una lengua a otra. Ahora bien, en todos ellos pueden darse los mismos fallos:
- Una ambigüedad en las expresiones. Tal vez haya frases hechas que se pierdan en todo el proceso. O partes del texto en las que, por contexto, no se capte el sentido real de lo que se trata de decir.
- Es difícil mantener el tono. Si es un texto formal, coloquial o uno con un slang más particular, los traductores automáticos no siempre detectan bien esos cambios. Puede haber expresiones, por ejemplo, que estén de moda en la actualidad y que el traductor no tenga recogidas.
- Pueden darse inexactitudes. Tanto en la traducción de una palabra en sí (cuando no se usa por su significado principal, por ejemplo, o cuando se emplea como metáfora) como de una frase o partes del texto. Hay aspectos como la ironía o el humor que son muy difíciles de reflejar.
Pues bien, si esto pasa en la lengua más hablada del mundo, obviamente en aquellas con menor número de hablantes también pasará, y de una forma que todavía se acentúa más, ya que no cuentas con traductores automáticos de la misma calidad.
En estos casos, la respuesta está clara. Si quieres tener un texto de calidad, no puedes utilizar este tipo de recursos, que tienen una función lógica en aspectos del día a día, pero no ante textos más serios y profesionales.
¿Qué ofrece un traductor nativo?
La profesionalidad de un traductor nativo es precisamente la que puede solventar y sortear los problemas anteriormente mencionados. ¿De qué forma se consigue esto? Vamos a verlo.
- Ofrece una comprensión profunda de ambas lenguas. Y esto no solo supone conocer el vocabulario en ambas lenguas. La forma de construir las frases o la estructura de las mismas también queda perfectamente reflejada en sus traducciones. En euskera, por ejemplo, el sujeto suele ponerse al final. Es un rasgo de su estructura de lenguaje que un traductor profesional puede recoger perfectamente para integrarlo de la manera más natural posible en su traducción.
- Mantendrá correctamente el tono en su trabajo. Como ya sabrás, a veces empleamos un lenguaje más formal, y en otras este puede ser más cercano, incluyendo vulgarismos u otro tipo de expresiones más coloquiales. Estas, al final, hay que conocerlas, y no siempre quedan correctamente registradas en los traductores automáticos. Es por eso que, en el caso de un profesional, te garantizas que pueda captar a la perfección todos los matices del texto en un idioma y trasladarlos a otro sin complicaciones.
- Hay algunos documentos en los que, directamente, no se puede usar un traductor automático. Piensa, por ejemplo, en documentos legales, o papeles que tengan que ver con asuntos administrativos. En este tipo de casos (para constituir una empresa, por ejemplo, o tantos otros) se vuelve imposible poner el futuro de la acción en una máquina. Aquí será necesario un profesional competente.
- Es especialmente útil con lenguas de distinta raíz. Imaginemos una traducción del castellano al italiano. Pues tal vez un traductor automático pueda servir para salir del paso, ya que, al fin y al cabo, la estructura de ambas lenguas es muy similar. Pero cuando se trata de un idioma tan diferente como el euskera, recurrir a este tipo de recursos es directamente un error.
En conclusión, hacer una traducción del euskera al castellano puede ser complicado. Por eso hay que contar con profesionales en esta tarea. Y en blarlo puedes encontrar traductores de calidad que te ayudarán con tus textos, contáctanos.