Los derechos de propiedad intelectual de un texto pueden generar ciertas dudas a la hora de traducirlo. Te las aclaramos todas a continuación.
¿Qué documentos son susceptibles de traducir?
Es importante comenzar especificando qué tipo de textos se adaptan a estos servicios de traducción.
· Los generados por autores considerando como tales a cualquier persona que desee registrar una obra propia (bien sea literaria o tecnológica).
· Los redactados por titulares originarios como sucede con las obras colectivas o por los creadores de un proyecto concreto que terminan realizando otras personas que, a su vez, pueden ser depositarios de los derechos de propiedad intelectual.
· Los que son propiedad de una persona que ha recibido, en vida del autor, la cesión de la titularidad de la propiedad intelectual de una obra concreta. Es lo que se conoce como transmisión inter vivos.
· Los que reciben la titularidad de una obra como herencia. En este caso, la titularidad tiene una duración de 70 años tras el fallecimiento del autor. Esta figura legal se denomina mortis causa.
Tras conocer los distintos tipos de textos que entran en la mencionada categoría, es necesario aclararte que el traductor también puede reclamar derechos de autor sobre su trabajo llegado el momento. Es el caso de aquellas traducciones que, por varios motivos, difieren lo suficiente de la obra original y se convierten casi en una nueva obra. En estos casos, el autor mantiene sus derechos correspondientes y ha de permitir que el traductor reciba los derechos de autor correspondientes por su traducción.
Se recuerda que el traductor de una obra literaria tiene derecho a ser mencionado en la misma y también a repartirse parte de las ganancias que genere su venta. Todo dependerá de si su trabajo se puede considerar creativo o si se limita a traducir automáticamente la obra que se le encargue.
Quedan fuera del grupo anterior las traducciones automáticas de programas informáticos, aplicaciones o similares, ya que lo habitual es que se traduzcan los menús y las partes correspondientes sin espacio alguno para la creatividad.
Es decir, las traducciones de obras de propiedad intelectual pueden reportarte beneficios económicos siempre y cuando la persona que las ha creado reconozca tu esfuerzo. De hecho, hay diversos escritores extranjeros que siguen apostando por un traductor específico para sus obras, bien sea por su estilo personal o por amistad, tras años de colaboración mutua.
Igualmente, es importante tener en cuenta que una traducción que pueda considerarse creativa tiene como origen un texto difícil de explicar que exige una serie de cambios para que sea comprensible. Lograr la exactitud a través de la máxima exhaustividad resulta imprescindible para conseguir transmitir el mensaje del autor.
En estos casos, nada mejor que contar con los servicios de una empresa de traducción para ahorrarte trabajo en lo que respecta a la traducción de un texto con propiedad intelectual. Consúltanos sobre nuestros servicios y recibirás cumplida información de todo lo que te ofrecemos. Apuesta por la experiencia y por la calidad para obtener el mejor resultado posible.