A la hora de afrontar una traducción relacionada con el sector de la hostelería siempre surgen una serie de dudas. ¿Han de traducirse todos los platos? ¿Qué importancia tiene el factor cultural de la lengua de destino? ¿Cómo se puede mejorar la comunicación entre los profesionales de ese negocio? Intentaremos darte respuesta a estas cuestiones en los siguientes apartados.
Algunos ejemplos tristemente populares
Lo más habitual es usar un traductor en Internet para traducir, de forma literal, el menú a los idiomas más usados por parte de los turistas. Es legendario el garrafal error de traducción, más frecuente de lo que pueda parecerte, de usar la frase He came from the Earth para referirse al vino de la tierra.
Igualmente, la estadística es demoledora, ya que hasta el 60 % de los restaurantes de las zonas turísticas ofrecen o traducciones tan hilarantes como cooked lions (cocido leonés) u octopuses to the party (pulpos a feira). Como comprenderás, aparte de provocar la carcajada el descrédito para el local es inmediato.
El comensal no va a pedir algo que desconoce, por lo que la oferta gastronómica se termina convirtiendo en una más reducida, básica y poco recomendable para conocer las habilidades gastronómicas del cocinero.
¿Cómo puedes evitar este tipo de situaciones?
En primer lugar, es imprescindible conocer cuáles son las exigencias culturales de la lengua de destino, los modismos, las expresiones lingüísticas y los sobrenombres que puede recibir cada plato. Para lograrlo, nada mejor que informarse no solo de cómo se denomina esa receta, sino también de sus ingredientes y de su modo de preparación por si fuera necesario especificarlo en el menú.
Es bastante habitual contar con el inestimable apoyo de algún familiar que habla inglés de aquella manera o de aquel vecino que estuvo trabajando en Alemania hace años. Estas colaboraciones no dejan de ser la mejor manera de cerrar las puertas de un negocio a cientos de clientes potenciales que bien podrían convertirse en una fuente inagotable de beneficios.
¿Qué debe hacer el traductor?
Tras realizar la traducción literal debe matizarla y amoldarla a las características específicas del local. En ocasiones, el plato que haya que traducir no existe en otro país, por lo que es más adecuado amoldar su nombre a uno que sea conocido e incluir una pequeña explicación.
Lo mismo sucede cuando el cocinero del establecimiento es extranjero y no habla el idioma local. La redacción de una hoja con las órdenes y con las funciones a realizar es siempre esencial. En el fondo, se trata de coordinar mejor el trabajo de un equipo de trabajadores que se encarga de servirle comida a sus clientes.
La traducción de los términos ha de ser siempre exacta para que cada comensal tenga la oportunidad de probar todos los platos y no solo los que pueda entender. Sin duda alguna, esta alternativa es esencial para que el negocio crezca y genere todos los beneficios posibles. Así, un traductor profesional puede convertirse en tu inesperado revulsivo si tienes un negocio de hostelería que quiera seguir progresando y mejorando la atención al cliente. Sé consciente de ello y cuenta con un servicio profesional de traducción.