Establecer cuál es el idioma más difícil de aprender es una cuestión complicada. En el proceso de dominio de una lengua, existen múltiples factores que determinan su grado de complejidad y exigencia.
Las estructuras gramaticales, el léxico, la pronunciación y el alfabeto figuran entre los aspectos que dificultan el aprendizaje. Además, cada persona es un mundo y la lengua materna influye claramente en esa percepción. Con todo, en blarlo, siempre compartimos nuestros conocimientos. Pensamos, como muchos especialistas, que el chino mandarín es un excelente candidato a esta distinción idiomática, al menos para los españoles. ¿Te contamos por qué?
Principales características del idioma más difícil de aprender
El refranero español es sabio y certero en sus reflexiones. Sin duda, una de las más famosas es «esto me suena a chino». No obstante, no se trata de una consideración propiamente española, pues las autoridades estadounidenses lo catalogan como idioma superdifícil de categoría IV, la más elevada.
Ahora bien, ¿por qué el chino mandarín es tan complicado? Hay dos motivos principales, te los detallamos a continuación.
Más de 40 000 caracteres o sinogramas
¿Te imaginas qué pasaría si el alfabeto español, en vez de veintisiete, tuviera cuarenta mil letras? Eso es lo que sucede en el chino con sus ideogramas. Por consiguiente, para escribir o leer textos del día a día, necesitas dominar al menos unos cuatro mil. El desafío se vuelve más complejo porque hay tres variantes de chino escrito: el tradicional, el simplificado y el pinyin. Este último se creó para facilitar el aprendizaje de los occidentales mediante la romanización de los sinogramas.
Tonos de pronunciación
Un aspecto innovador y desconcertante para los estudiantes es la función semántica de la pronunciación. Hay cinco tonos, uno de ellos conocido como neutro, con los que se modula cada sílaba. Dependiendo del que se utilice, cambia el significado de la palabra.
Más allá de la novedad y la exigencia que supone para los occidentales, no existen criterios ni pautas escritas sobre cómo entonar. En consecuencia, la memorización es el único recurso.
Por otro lado, cualquier aprendiz de chino mandarín debe llevar a cabo dos procesos cada vez que ve un ideograma nuevo:
- Identificar su significado.
- Desmenuzarlo en letras y tonos para poder pronunciarlo bien.
Adicionalmente, hay que tener presente que efectuar esa pronunciación tan variada exige habilidad y un cierto talento. No todos estamos capacitados para hacerlo, así que es preciso experiencia y trabajo.
Otros idiomas complicados
Hay otras lenguas cuyo dominio suele costar gran esfuerzo a los hispanoparlantes:
- Árabe. Se escribe de derecha a izquierda y las letras pueden cambiar según su posición en la palabra.
- Japonés. Cuenta con tres sistemas de escritura y distintos niveles de formalidad que se aplican según el contexto.
- Ruso. Dispone de un alfabeto cirílico que nos resulta extraño, así como pautas complejas al conjugar los verbos.
- Húngaro. Su armonía vocálica y las muchas partículas que se añaden a su raíz idiomática lo complican notablemente.
También el coreano, el finés, el hebreo, el islandés y el polaco te lo pondrán muy difícil. Con todo, gracias a blarlo, puedes obtener traducciones ágiles, asequibles y cien por cien fiables en cada uno de ellos. De este modo, no te importará tanto cuál es el idioma más difícil de aprender. ¡Contacta con nosotros e infórmate de todos los servicios lingüísticos que ofrecemos!