El ecosistema emprendedor en Cataluña no solo destaca por su innovación y creatividad, sino también por su impacto real en la vida de las personas. Muchas de las startups que hoy operan en todo el país comenzaron en barrios de Barcelona, en pueblos del interior o en incubadoras locales. Algunas de ellas iniciaron su actividad en catalán, centradas en resolver necesidades muy específicas de su entorno más cercano.
Lo interesante de estas iniciativas es cómo han sabido crecer manteniendo su esencia. Aunque su mercado inicial era local, sus propuestas han sido tan potentes que pronto dieron el salto a otras comunidades autónomas. Para lograrlo, una parte clave del proceso fue adaptar su comunicación, y aquí es donde a menudo aparece la figura del traductor catalán español.
Ejemplos de éxito con ADN local
Startups como Nostrum, que comenzó como una red de comida preparada con fuerte presencia en Cataluña, lograron expandirse sin perder su identidad. Otro caso es Badi, una app para compartir piso que nació en Barcelona y pronto llegó a Madrid y otras grandes ciudades españolas. Estas empresas entendieron que, para conectar con nuevos usuarios fuera de su zona de origen, no basta con traducir: hay que adaptar el mensaje.
Otras como CodeOp, una academia de programación fundada en Barcelona, apuestan por la diversidad y la inclusión desde su base. Aunque su web está en inglés, sus comunicaciones con la comunidad local se hacen a menudo en catalán, lo que refleja la coexistencia real de idiomas en el tejido empresarial.
Este patrón se repite en muchas startups catalanas que tienen un fuerte arraigo local, pero ambición de impacto nacional. En sus primeras etapas, es habitual que usen el catalán en sus páginas web, presentaciones, redes sociales o materiales comerciales. Cuando llega el momento de crecer, traducir estos contenidos al español con ayuda de un traductor catalán profesional les permite mantener la calidad y coherencia del mensaje.
Del entorno local al mercado nacional
El salto del mercado local al nacional no es solo logístico o financiero: es también lingüístico y cultural. Adaptar un pitch, una web o un manual de usuario del catalán al español no significa solo traducir palabras, sino ajustar matices, tono y referencias. Un buen traductor catalán español puede ser clave para que una startup mantenga su personalidad sin perder claridad ni conexión con su nuevo público.
En Blarlo, entendemos los desafíos que enfrentan las startups catalanas en su expansión. Por eso contamos con traductores especializados que no solo dominan el idioma, sino que conocen el contexto cultural y empresarial. Si tu proyecto ha nacido en Cataluña y quieres hacerlo crecer sin barreras, en Blarlo te ayudamos a que tu mensaje viaje con la misma fuerza del catalán al español.